En las ultimas lineas blancas de la interestatal,
en las borrosas fachadas de un pequeño pueblo
y en los degradados rojos de los ladrillos de los callejones.
En los campos abiertos en las noches y en las calles de las ciudades,
las yardas polvorientas de un tren en el calor del verano,
encontre un lugar donde respirar de un mundo que me estaba sofocando.
Asi que deje todo atrás,
tan sólo otro joven con la mente inquieta y con los ojos llenos de ganas de viajar.
Un apetito incontrolable por la vida,
un lúcido deseo de experiencia.
21 años estancado en una vida que nunca quise tener.
Sabía que tenia que escapar, mi mente no lo soportaba más;
"Lo juro por Dios... este lugar me esta matando".
Tenía que hacer borron y cuenta nueva de la auto imposición de una incesante rutina.
Las luces parpadean un por una.
Nose que es lo que estoy buscando,
o hacia dónde corro,
pero allá voy.
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